Pertenecemos a la Familia de la Cruz por haber recibido de nuestro Padre Félix el espíritu de las “Obras de la Cruz,”
Cuya espiritualidad, inspirada a la beata Concepción Cabrera de Armida, pone de relieve el sacerdocio de Cristo Jesús quien “nos amó hasta el extremo, dando su vida como ofrenda por la salvación de la humanidad” (cf Jn 13:1). Este espíritu se simboliza con la “Cruz del Apostolado”, emblema que expresa el amor del Padre en el Espíritu Santo que asume y transforma el dolor y el mal de la humanidad para liberarla por el Misterio Pascual de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote. Y se expresa en el clamor de intercesión: “Jesús Salvador de la humanidad, sálvala”.