Las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo somos mujeres llamadas a intencionar la Escucha y Comunión
Las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo somos mujeres llamadas a intencionar la Escucha y Comunión como respuesta profética Sacerdotal-Guadalupana a la crisis global – ecológica, económica, social y espiritual - en una forma de vida evangélica, caracterizada por el seguimiento radical de Cristo Jesús por medio de la consagración religiosa en su dimensión oblativa-sacerdotal. Ello implica asumir una experiencia vital de profetismo, por la cual nos ofrendamos en la contemplación, en la vida de hermanas en comunidad y en el servicio apostólico, promoviendo relaciones sanas y justas por el bien común en los contextos donde nos encontremos.
Queremos de este modo hacer visible el Reino de Dios, con una clara opción por la vida, por las personas y los pueblos pobres: indígenas, migrantes, marginados y excluidos, según lo proclama la Madre del Señor en su canto del Magníficat y se actualiza en el Hecho Guadalupano.
"Queremos de este modo hacer visible el Reino de Dios, con una clara opción por la vida, por las personas y los pueblos pobres"